martes, 30 de abril de 2013

Puntuación en pie de página

Foto:  Blog Tachyred

En las publicaciones en las que aparecen fotos, imágenes o cuadros es necesario redactar un pequeño texto que sirva para especificar de qué se trata el contenido de estos recursos gráficos. Es lo que conocemos como “pie de imagen”.

En la mayoría de los casos, este texto consiste en una comunicación que funciona como una etiqueta para agregar información a la imagen. No es necesario separarlo gráficamente de otros enunciados, por lo que no hay necesidad de utilizar punto al final de esta expresión.

Según la Ortografía de la Real Academia Española (2010), puede haber excepciones en casos en los que el texto del pie de imagen incluya más de una oración o un discurso con extensión que represente mayor complejidad.

En particular, se considera necesaria la precisión estos datos, a fin de corroborar la identidad de la persona que aparece fotografiada. También es importante contextualizar, agregar información acerca del lugar y las circunstancias en que se realizó la toma.

En todo caso es necesario cuidar la exactitud conceptual y la corrección ortográfica, ya que se debe entender a la imagen y su respectivo pie como un agregado paratextual, que enriquece al contenido global acerca del cual redactamos.

Algunos casos más en los que no se debe agregar punto:

  • Títulos
  • Subtítulos
  • Textos publicitarios
  • Índices temáticos
  • Enumeración en lista (como esta) 
  • Dedicatoria
  • Nombre de autor
  • Después de signos de exclamación o interrogación
  • Después de puntos suspensivos
  • Antes del cierre de una raya, un corchete o paréntesis

Lecturas recomendadas:

sábado, 27 de abril de 2013

El tilde en las mayúsculas

Portal servicios serigráficos
Por cuestiones de la vida, últimamente he tenido que frecuentar un servicio de salud, al que, de asistir con tanta frecuencia, terminé conociendo en profundidad. Sus escaleras, pasillos, laberintos, salas y carteles fueron visitados asiduamente, así que terminé observando detalles impensados, como por ejemplo el uso de los tildes en la cartelería.

El ejemplo particular que me llevó a escribir esta entrada es:

"ESTE CENTRO DE SALUD CUMPLE CON LAS NORMAS DE PREVENCION NECESARIAS PARA EVITAR LA NEUMONIA".

Tras leer este mensaje es oportuno recordar que la Real Academia Española mantiene la normativa para la acentuación de las palabras, sin importar si son escritas con letras mayúsculas o minúsculas. Por lo tanto, "prevención" y "neumonía" debieron aparecer en lugar de "prevencion" y "neumonia".

En ocasiones en las que las se utilizan letras mayúsculas en la totalidad del mensaje (por ejemplo en textos publicitarios o en titulares de publicaciones periódicas) también es necesario utilizar los tildes. La omisión es frecuente en titulares de periódicos, muchas veces explicada por el simple hecho de que en tiempos en que se utilizaban recursos manuales para conformar las maquetas de impresión no era posible señalar el tilde en las letras mayúsculas.

Actualmente, los avances tecnológicos permiten presentar los textos en medios digitales antes de imprimirlos, y ya no hay dificultades para acentuar las palabras que según la normativa requieren tilde.

Lamentablemente, muchas veces los criterios gráficos se contraponen con la corrección y los textos se presentan sin acento, en forma descuidada. Este es el caso de la imagen que acompaña a esta entrada, en la que "atencion" y "admision" fueron escritas sin sus correspondientes tildes en la letra "o". 

En todo caso, desde este blog se recomienda cuidar la redacción y, si es necesario, buscar sinónimos para hacer compatible el cuidado artístico y la redacción sin errores.

Lecturas recomendadas:
Tilde en las mayúsculas (Real Academia Española)

jueves, 18 de abril de 2013

La mayúscula inicial no es señal de prestigio

Imagen: La casa infantil
Un viejo prejuicio lleva a pensar que la importancia de una entidad o persona determina el uso de letra mayúscula o minúscula inicial a la hora de referirse a ella. Esto causa innumerables errores y permite explicar el porqué de mayúsculas ubicadas en cualquier lugar.

Veamos un breve ejemplo:

En una reunión tripartita participan el ministro de Trabajo, el representante del gremio de porteros y el presidente de la Asociación de Propietarios de Inmuebles Urbanos. ¿Es necesario atribuir mayúscula a alguno de estos cargos? ¿Ministro? ¿Presidente de la asociación? ¿Representante del gremio? ¡No!, ni siquiera si se tratara del presidente de la República sería necesario el uso de mayúsculas, al margen de convenciones.

En definitiva, en estos casos es muy útil la recomendación que nos hizo una maestra alguna vez: "Los nombres propios comienzan con mayúscula". Si recordamos este consejo, tendremos muchas menos probabilidades de equivocarnos. Aplicado al ejemplo: ¿"ministro" es nombre propio? ¡No!, es un sustantivo común, por lo tanto comienza con minúscula, igual que "presidente" o "portero".

En redacción institucional, para sintetizar, debemos utilizar mayúscula inicial para designar instituciones, nombres propios, entidades u alguna palabra objeto de convención. Evitar la mayúscula inicial en todos los demás casos, incluyendo los cargos de prestigio —por ejemplo, diputado, ministro, senador, director, gerente, etc—, mejorará considerablemente la presentación de nuestros trabajos.

Información relacionada:
Recomendaciones de la Real Academia Española para el uso de mayúsculas

martes, 16 de abril de 2013

"Neumonía", no "neumonia"

Foto: Salud 180
Es muy frecuente en la redacción de boletines de salud que se escriba la palabra "neumonia", sin acentuar la vocal "i", como es correcto en palabras con hiato.

Cuando en una palabra se presenta una vocal abierta (“a”,”e”, “o”), seguida de una cerrada (“i”, “u”) o viceversa, y se separa el diptongo (unión de vocal abierta y cerrada en una sílaba) por la acentuación, se produce un hiato y  es necesario utilizar el tilde para representar gráficamente la pronunciación. Esta regla es incumplida en la expresión técnica de profesionales que se desempeñan en servicios de salud.

La equivocación se ha vuelto tan natural, que los médicos utilizan el término "neumonia" siempre que se refieren a esa patología —por suerte todavía no "patologia"—. El error es reiterado por sus pacientes y se aprecia en la comunicación escrita. Es curioso que en otras palabras que incluyen hiato y también son graves por su acentuación, como "pulmonía" esta falla no se comete. Así , se utiliza el término "neumonia" por "neumonía" pero no "pulmonia" por "pulmonía".

En definitiva, es tan incorrecto decir "neumonia" como "caceria", por "cacería" o "bateria", por "batería", sin embargo, por motivos desconocidos, en ámbitos de mutualistas, clínicas y hospitales esa expresión es muy reiterada. Desde este blog se recomienda cuidar ese detalle, si usted tiene que escribir un artículo que incluya testimonios de profesionales de la salud.

Material relacionado:
Recomendaciones acerca del uso del tilde
Como evitar errores en el uso de pronombres interrogativos

Sitios recomendados:

lunes, 15 de abril de 2013

"Interpelación a alguien" es diferente a "interpelación de alguien"

Las interpelaciones a integrantes del Poder Ejecutivo se han vuelto un recurso cada vez más utilizado en Uruguay. En su difusión hay un error que se reitera con frecuencia, especialmente a la hora de utilizar preposiciones.

El efecto indeseado es que se exprese que la interpelación es “de” una persona que ejerce autoridad (cuestionamiento efectuado por ella , se entendería) cuando justamente el acontecimiento que se quiere comunicar es que se interpela “a” esa persona.

Ejemplos:
Es muy frecuente escribir, en forma inapropiada:
 “La interpelación del ministro…”.

La forma indicada es:  “La interpelación al ministro…”

Nadie duda quién interpela a quién si expresamos:  “La oposición interpela al ministro” o  “realiza una interpelación al ministro”.

Sin embargo, la incorrección sería evidente si expresáramos: *“La oposición interpela del ministro”. 

El ejemplo anterior magnifica el mal uso de la preposición para dar idea de la importancia que tiene emplearla en forma correcta. Como apreciamos, no hay un error en la construcción pero sí ambigüedad si redactamos:  “La interpelación del ministro…”. 


Como siempre, una definición del significado ayuda a razonar
Para explicitar más, veamos la definición de “interpelar” e “interpelación”, según la Real Academia Española:

Interpelar:
  • 1. tr. Implorar el auxilio de alguien o recurrir a él solicitando su amparo y protección.
  • 2. tr. Requerir, compeler o simplemente preguntar a alguien para que dé explicaciones o descargos sobre un hecho cualquiera.
  • 3. tr. Dicho de un diputado o de un senador: En el régimen parlamentario, usar la palabra para iniciar o plantear al Gobierno, y a veces a la mesa, una discusión amplia ajena a los proyectos de ley y a las proposiciones, aunque no siempre tienda a obtener explicaciones o descargos de los ministros.
Interpelación: (Del lat. interpellatĭo, -ōnis).
  • 1. f. Acción y efecto de interpelar.
Conclusión:
Al utilizar el verbo “interpelar” se lo puede comprender como sinónimo de “cuestionar”, “preguntar” o “inquirir”. El recurso conocido como "interpelación" denota acciones de cuestionamiento “a alguien”, por lo tanto es necesario mantener el uso de la preposición “a” tras el verbo “interpelar” o el sustantivo “interpelación”. Esta recomendación es válida cuando se pretende focalizar en la persona interpelada, como ocurre en la mayoría de los casos. De lo contrario es probable cometer ambigüedades.

Ejemplo: "Interpelación al ministro Lorenzo" y no "interpelación del ministro Lorenzo", si lo que queremos decir es que el jerarca en cuestión será sometido a interpelación.

Más información acerca de preposiciones en este blog:

lunes, 8 de abril de 2013

"Coser" o "cocer": Confusión entre parónimos y homófonos

Blog: Maravilloso mundo del lenguaje
Uno de los errores más frecuentes cuando redactamos apresurados es confundir significados de algunas palabras similares en su escritura o pronunciación. Los términos indicados para definir a este tipo de vocablos pueden ser: "parónimos"; según la Real Academia Española: "(...) que tienen entre sí relación o semejanza, por su etimología o solamente por su forma o sonido"; u "homófonos": 1. adj. Ling. Dicho de una palabra: Que suena de igual modo que otra, pero que difiere en el significado; p. ej., tubo y tuvo, huno y uno. U. t. c. s. m..

Veámos algunos ejemplos, seguro que la confusión  es muy factible en algún texto sin demasiado cuidado. En algunos casos podemos dudar acerca de si se trata de "parónimos" u "homófonos", ya que eso depende de la pronunciación que se realice en cada región. En Uruguay, para contextualizar, diríamos que la siguiente lista incluye términos "homófonos", ya que en este país los hablantes pronunciamos de igual forma cada uno de estos términos presentados en duplas:

Hecho (del verbo hacer).             Echo (del verbo echar)
Haya (del verbo haber).                 Halla (del verbo hallar)
Herrar (clavar las herraduras).  Errar (obrar por error, no acertar)
Hierba (pasto)                               Hierva (del verbo hervir.)
Casa (vivienda)                              Caza (del verbo cazar)
Rayo (del verbo rayar, cortar)    Ralla (del verbo rallar, por ejemplo "rallar queso")
Poso (del verbo posar)                 Pozo (reserva de agua)
Honda (arma)                                Onda (ondulación)
Cocer (del verbo cocer, cocinar) Coser (del verbo coser, con aguja e hilo)
Vaya (del verbo ir)                         Valla (barrera)
Tubo (caño)                                    Tuvo (del verbo tener)

En todo caso, es importante tener seguridad de los significados que estamos empleando y, ante la duda, recurrir a diccionarios o al uso de sinónimos bien conocidos.


Material relacionado:
"Medio y medio": confusión entre adverbio y adjetivo

domingo, 7 de abril de 2013

Pertinencia informativa de "congratularse"

Foto: Compunoticias
En portales de noticias institucionales es frecuente encontrar expresiones como:

"El ministro se congratuló por las mejoras en los indicadores de distribución de ingresos".

En este caso, siempre y cuando el pronombre que acompaña al verbo pronominal sea "por" o "de" no hay una incorrección formal, sin embargo parece necesario cuestionarse acerca del contenido si se pretende respetar los criterios tradicionales de este tipo de texto. ¿Cuál es la información que brindamos al decir que un ministro se congratula por los éxitos de su dependencia?

Aunque parezca obvio, puede resultar útil recordar el significado del verbo "congratular" según la Real Academia Española:
"1. tr. Manifestar alegría y satisfacción a la persona a quien ha acaecido un suceso feliz. U. t. c. prnl".

Según la indica el Diccionario panhispánico de dudas, el verbo "congratular", como transitivo, signifca "felicitar" y, como intransitivo pronominal, "alegrarse" o "felicitarse" con los pronombres "de" o "por".

En definitiva, al decir que alguien "se congratula" no hacemos otra cosa que manifestar que se está felicitando a sí mismo. Este hecho, en portales institucionales, es poco informativo por consabido. En todo caso, resultaría útil detallar información acerca de los logros alcanzados; qué indicadores presentan, en qué se basan las mejorías, en qué período se produjeron, cómo afectarán a la población, etc.

Claro que la información de parte de un vocero calificado es útil para el trabajo periodístico, pero parece más propicio utilizar sus declaraciones para agregar información nueva y no para redundar por el simple hecho de citar una voz oficial. Es decir, vale la pena pensar en el interés que puede generar esa congratulación, antes de ubicarla en un lugar de privilegio dentro de nuestra noticia.

Si resultó de utilidad alguna de las sugerencias de este blog, puede votar por Redactar mejor en el concurso de blogs de español. ¡Muchas gracias!
Lectura relacionada
Definamos la noticia

viernes, 5 de abril de 2013

Redactar mejor en concurso de blogs

Imagen: Fundéu
A partir de la sugerencia de un amigo lector, Redactar mejor se inscribió en el concurso de blogs de promoción del español y la cultura del español, organizado por la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA), la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), Google, el Instituto Cervantes, la Universidad de Alcalá, Madrid Network-Cluster del Español y Monografías.com.

Desde esta redacción agradecemos a los lectores que nos han acompañado con sus votos hasta el momento. Realmente representan un gran estímulo para continuar con esta tarea. Si usted ha leído alguna de las sugerencias de este blog y las considera de utilidad, también puede votar por Redactar mejor en el siguiente enlace. 

Muchas gracias por visitar nuestros trabajos. Como siempre, es un privilegio recibir sus visitas, opiniones y comentarios.

Material relacionado
Más información sobre el concurso (Artículo en Semana.com)

martes, 2 de abril de 2013

Ejemplos de concordancia de género entre sustantivos y adjetivos

Universidad de Concepción
El sustantivo es el tipo de palabra que puede funcionar como nombre, designa un elemento de la realidad y gramaticalmente puede ser sujeto de una oración.

Podríamos decir que los sustantivos son como etiquetas que sirven para identificar a un elemento real, algunos de ellos funcionan como nombres propios y hacen referencia a un elemento único; en estos casos comienzan con mayúscula. Por ejemplo: “Diego”, “Juan”, “Pedro”, en designación de personas; “Agraciada”, “Unión”, “Centro”, en referencia a barrios.

Hay tantos ejemplos como realidades pasibles de ser identificadas con un nombre. En ocasiones más de un nombre sirve para cumplir la función de identificar a un elemento de la realidad, por ejemplo: “Paso Molino”, “Paso de la Arena”, “Palacio Salvo”, “Parque Central”, en estos casos es posible decir que estamos ante sintagmas nominales que designan lugares.

Hay otros sustantivos que refieren a elementos en forma más genérica: por ejemplo: “perro”, “gato”, “mesa”, “auto” y una interminable serie de posibilidades. En estos casos, la referencia en cuestión no brinda tanta precisión como la anterior —no es lo mismo decir “gato” que “el gato Tom”—.

Otros ejemplos de sintagmas nominales
Además de los casos en los que tenemos dos o más sustantivos —por ejemplo "José Pérez", sustantivos en aposición—, hay sintagmas —conjuntos de palabras que funcionan como unidad— en las que un sustantivo es complementado por un adjetivo —“gran Parque Central”, “caballo negro”—. En estos casos, los adjetivos aportan una información extra que sirve para caracterizar al sustantivo. Así: “grande”, “pequeño”, “rápido”, “lento”, “azul”, “rojo”, etc. son adjetivos, porque aportan información y gramaticalmente dependen del sustantivo núcleo del sintagma.

Concordancia entre sustantivo y adjetivo
La concordancia es la conformidad de accidentes —morfemas de género y número— entre dos palabras. En esta oportunidad veremos la concordancia de género. En el caso de sustantivo y adjetivo hay casos que pueden generar dudas.
Un ejemplo simple:

Una    casa            deshabitada.
        (sustantivo)     (adjetivo)

El sustantivo y el adjetivo concuerdan en género femenino.

Un caso que puede generar dudas:
Cuando hay más de un sustantivo, uno es masculino y otro femenino la concordancia debe ser en masculino.

Ejemplo: 
        Una    casa y un palacio                                                      deshabitados.
       (sustantivos en género femenino y masculino)    (adjetivo en género masculino)

Lecturas recomendadas:
El azúcar ¿moreno o morena? (Blog Factoría de Expresión)
Concordancia en número (En este blog)