miércoles, 24 de agosto de 2016

Oraciones subordinadas adjetivas: una opción para evitar repeticiones


El título y el enunciado siguiente se contradicen. ¿Por cuál djetivo se puede sustituir la oración subordinada "que más perdió". Texto y foto: Ovación
En clases de redacción, los estudiantes preguntan infinidad de veces: “¿Para qué sirven las oraciones subordinadas?

La respuesta es difícil si no se utilizan ejemplos. Sin embargo, puedo decir que mi esperanza al enseñarlas es que sean útiles para sustituir sustantivos, adjetivos o adverbios y evitar repeticiones de palabras o estructuras.

Por ejemplo, si en un texto acerca de fútbol queremos referirnos dos veces a un partido que ganamos, una vez podríamos utilizar la expresión:

  • “El juego que gané”.
En este caso, “que gané” es una oración subordinada adjetiva. En la siguiente oportunidad nos podríamos referir a ese encuentro como “juego ganado” (o partido, mejor, para no redundar).

Breve definición de oraciones subordinadas:
Por si el lector no recuerda el significado de oración subordinada, es bueno presentar una definición sencilla, claro que indigna de una gramática, pero esclarecedora:
  • Las oraciones subordinadas son conjuntos de palabras con un verbo como núcleo.
  • Funcionan en relación a otra expresión, de manera equivalente a sustantivos, adjetivos o adverbios, es decir, nombrando algo, calificando o informando acerca de circunstancias.
  • Comienzan con un nexo subordinante, por ejemplo: "que", "quien", "cuando", "donde", "cuyo", etc.

Oración subordinada adjetiva quiere decir algo así como:

Conjunto de palabras con tres características fundamentales:
  • Comienza con nexo subordinante (que, quien, donde, etc)
  • Incluye un verbo después de ese nexo.
  • Funciona como un adjetivo, en otras palabras, describe a un sustantivo.
  • Se pueden sustituir por un adjetivo o un verbo en participio (finalizados en “ado” o “ido”), para expresar una idea similar.
Para continuar con el ejemplo futbolístico, las expresiones “que gané” y “ganado” son equivalentes:

  • “El encuentro que gané”.
  • “El encuentro ganado”.


En ese caso, la oración subordinada adjetiva “que gané” puede ser sustituida por el verbo en participio “ganado”, que funciona como adjetivo.

Una vez realizadas las explicaciones para refrescar el tema, podemos aplicar el uso de una oración subordinada adjetiva para evitar errores.

Ejemplo de error en oración subordinada adjetiva
En una nota del suplemento deportivo Ovación se pretendió comunicar que Nacional jugará contra el equipo que más veces lo venció, sin embargo el título fue el siguiente:
  • Nacional (juega) contra el que más perdió.
El análisis de este enunciado permite apreciar:

Nacional              juega                                          contra el que más perdió.
SUJETO      VERBO NO EXPRESADO      ADYACENTES (y oración subordinada)

El lector de este título pensará que el conjunto tricolor (Nacional, si usted es extranjero) juega contra el club que acumuló más derrotas, por ende, adelanta que este partido podría resultarle accesible.

El problema es que el título:
  • Nacional contra el que más perdió.
Debió decir:
  • Nacional contra el que más lo venció.
Tal como hemos visto, las oraciones subordinadas adjetivas (que sirven para calificar, en este caso a un equipo) se pueden sustituir por un adjetivo que presente la idea que se quiso expresar. Sin embargo, en este caso, la sustitución por un adjetivo evidencia contradicción entre el título y la oración que le sigue inmediatamente, que explica las dificultades que representa ese cotejo (Ver imagen).

Así:
"Nacional contra el que más lo venció" significa lo mismo que
"Nacional contra el más vencedor".

"Nacional contra el que más perdió" significa lo mismo que
"Nacional contra el más perdedor".

Entonces, la oración subordinada adjetiva, además de evitar repeticiones, se vuelve decisiva para adjetivar acerca del equipo en cuestión.

Lectura recomendada:
El uso correcto de la coma
Diferencias entre "aspirar" y "aspirar a
"
El dequeísmo y los errores por intentar evitarlo

jueves, 18 de agosto de 2016

Repetición evitable: "generar nuevo"



En este presentación se aprecia la redundancia, ya
que es imposible generar algo que no sea nuevo. Ver presentación
La redundancia, reiteración innecesaria de ideas, es uno de los principales errores en la redacción. El ejemplo que veremos a continuación aparece frecuentemente en páginas de Internet. Solo basta hacer una búsqueda con las palabras "generar nuevo" para encontrarlo.

"Generar nuevo conocimiento"; "generar nuevo colágeno", "generar nuevo suspenso" son algunas de las expresiones que se aprecian con una simple inserción de estos vocablos en Google. Sin embargo ¿se puede generar algo que no sea nuevo?

Evidentemente, encontramos una especie de locución "frase hecha", similar a "agenda cargada", es decir, un conjunto de palabras que se presentan en bloque con tanta asiduidad que llegamos a aceptarlas sin siquierea pensar en su significado.

Este tipo de errores se pueden evitar con apenas una segunda lectura antes de publicar nuestro borrador.
A continución, se presenta un párrafo donde se incluyó la mencionada redundancia, por lo que amerita edición:

  • “La ministra María Julia Muñoz aseguró que desde la instalación de la primera planta de celulosa en Uruguay se generaron nuevas carreras tecnológicas y se creó la Universidad Tecnológica (UTEC)”.

Al margen de la expresión oral, —en que la hablante puede redundar por descuido —, es necesario evitar reiteraciones. Tal como vimos en entradas anteriores, la redundancia es habitual, pero solo tiene sentido si se expresa como recurso estilístico para enfatizar una idea. Este no es el caso, así que "generar nuevas" es tan erróneo como "inaugurar nuevas", expresión observada en entradas anteriores.